lunes, 30 de enero de 2012

Poemas de "CON EL CORAZON LLENO DE FLECHAS"

Antonio Macera:
Nació en Iquique, en el norte de Chile, el 31 de diciembre de 1968. Radicado y naturalizado Antofagastino, puesto que su familia se traslado a esta ciudad en 1972.
Comenzó a escribir sus primeros “garabatos” poéticos a la edad de 11 y 12 años, época en que participó en numerosos concursos y talleres literarios escolares, tanto en enseñanza básica como en enseñanza media.
Entre 1986 y 1997 publico varios poemas en revistas literarias, periódicos y en revistas comerciales en la ciudad de Iquique y Antofagasta.
En 1996 participó en un concurso de poesía erótica organizado por la Revista “Imágenes de Océanos” de la poetisa chilena Alejandra Zarhi, obteniendo una “Mención honrosa”. Desde entonces ha continuado trabajando en la poesía casi en un absoluto anonimato.
Su pequeña obra, toda inédita, salvo “Con el Corazón Lleno de Flechas”, escrito en 1992 y publicado en Octubre de 2011, considera otros cuatro libros: Extraños Rituales, 1996; Versos Inmateriales, 1999; Libro de las Musas, 2001 y La Tierra Desnuda, 2010.

Poemas (del Libro "Con el Corazón Lleno de Flechas")
Antonio Macera
@ Derechos Reservados. Antofagasta. Chile 2011.

1
CAYO LA LLUVIA DESDE TUS OJOS
donde mi desierto es más árido.
Mi llanto naufragó
en el océano que llevas en el alma.
Mi tierra buscó tus aguas,
y tu pez buscó mis redes.
Antofagasta, Agosto de 1987

15
AMADA, YO ESCRIBO
cantando desde tu nombre.
Las noches me acercan a ti
y los crepúsculos me alejan.
Me llenas de una dulce melancolía
que me alimenta, y me entristece pensar
que la distancia te conoce mejor que yo.
La misma sal de la tierra
sabe que en tus manos se endulzó mi tristeza.
El mar es ancho y distante.
Así de ancho es mi silencio,
así te es distante mi dolor.
Te fuiste con las rojas palomas
que vuelan cuando el día muriendo se aleja.
Ah esta negra noche temblando.
Ah la blanca espuma que envuelve.
El mar es ancho y distante.
Las noches me acercan a ti
y los crepúsculos me alejan.
Y me entristece pensar
que la distancia te conoce mejor que yo.
Antofagasta, Noviembre de 1991


20
AMO TU NARIZ FINA, RECTA Y ALTA
que señala las celestes líneas de la luna
y los deliciosos senderos
que tus labios dibujan en la oscuridad.
Amo las uvas que tiemblan en tus ojos.
Amo el aroma de tu cuello terrestre.
Amo la nocturna mordedura
de tus párpados desbordándose.
Amo tus muslos rompiendo el aire
y tu sombra girando como un felino.
Amo a la mujer que en tu voz
se adueña dulcemente del silencio.
Amo la oscura bandera
que en tu pelo se deshace,
mientras tus manos están en la cocina
deslizando sus preguntas y sus respuestas,
o acariciando la fortuna de un florero,
abriendo secretos o cerrando la casa.
Antofagasta, Julio de 1989


22
SIN TU MIRADA
no soy yo cuando sonrío.
Sin ti me lleno de tristezas
como frente al mar en una tarde triste.
Sin ti el silencio golpea el infinito
y las horas se tejen inmensas.
Sin ti la soledad invade mis cosas,
devora mis cartas.
Sin tu mirada
no soy yo cuando sonrío.
Sin ti la noche abre sus alas oscuras
y me alcanza su amenaza,
pisa con sus pies lúgubres
en la tierra que yo te preparé
y habita en mí con las palabras
que yo quise decirte.
Antofagasta, Junio de 1987

28
HOY NO ME ENCONTRARAS FRENTE AL MAR,
mirando cómo se abrazan las olas,
ni cómo los rojos días
caen tras el horizonte.
Pues, los atardeceres sólo los llena mi voz,
y tu nombre llena las noches pensando.
Así es como te escucho caminar
en las tristes tardes de mi alma.
El sol en su lucha de arma débil
se te parece cuando te alejas.
El solitario árbol en mi destierro
conoce la azul llama de la tristeza.
Hacia donde la noche teje estrellas,
en sus tambores de sombra,
en sus campanas oscuras,
hacia allá, sin embargo, quiere buscarte mi dolor.
Iquique, Marzo de 1992

34
EN MIS MANOS CERRE TU CINTURA
y te besé como en un bosque negro,
como en una noche bajo los árboles.
Infinito bajé desde tus labios,
y puse mis manos en tu cuello.
Y no sé, quizá, ¡cuántas horas!.
No sé por qué no maté tu cisne,
ni lancé tus cuchillos al abismo,
ni enterré tu nombre en la arena.
Antofagasta, Agosto de 1991

36
SENTADO BAJO ESTA INMENSA NOCHE
el mar sólo canta y sólo cantan las olas.
Tu nombre ya no se queja lejano, ya no se queja,
y tu boca llena de silencio ya no me llama,
ya no me llama tu silencio.
Pues, el mar sólo canta y sólo cantan las olas.
Sentado bajo esta inmensa noche,
como a un náufrago en medio del agua,
tu silenciosa marea quiere ahogarme
con sus manos de espuma, con sus brazos de algas.
Así es como, a veces, mi tristeza te plantea.
Así es como, a veces, busco tu voz y tu nombre.
Sentado bajo esta inmensa noche,
sólo la distancia reconoce tus pasos,
y sólo la soledad sabe vivir en mis manos.
Tu barca ya no puede sobrevivir
en mis oceánicas noches de olvido.
Pues, el mar sólo canta y sólo cantan las olas.
Antofagasta, Agosto de 1991

38
TE LLEVO EN EL CORAZON
como en una cárcel:
prisionera, encadenada,
condenada, deshecha,
sumida, confesa ... protegida.
Estás olvidada en mi corazón,
aislada, incomunicada,
abandonada como en una selva,
solitaria como en una isla.
Allí estás, mirando desde mí,
alimentándote de mí
... maldita, tú que no me amas.
San Pedro de Atacama,
Octubre de 1995

47
JUNTO A LA ORILLA DEL ESTERO,
bajo los sauces,
donde la luna revolotea y hace nido,
donde mi piel amenazó tu voz,
donde tus verdes ojos trémulos
dividieron mis palabras.
Donde la geografía de tu cuerpo
se tendió desnuda,
para que subieran mis manos
a herir la latitud de tu cintura,
para que mis besos
asaltaran la monarquía de tu sexo.
Ahí, fuimos como dos reptiles rosados,
entrelazados y cayendo dulcemente
adoloridos al mismo abismo.
Ahí, tu corazón se quedó dormido
acurrucado hacia una de mis frases
y mi voz quedó prendada de tu oído.
Iquique, Enero de 1992

50
ME BASTA TU MIRADA,
tus palabras, tus pasos,
mirar tus manos pequeñas,
tu voz acercándose.
Me basta mirar
por la ventana y verte,
cruzar la mirada
en tus ojos o escucharte.
Me basta estar en silencio,
pensar y nombrarte,
o quedarme dormido
hacia tu nombre sin saber más.
Para amarte me basta todo esto,
y aunque quiero más,
cualquier palabra tuya,
cualquier movimiento,
tu respiración o tu mirada
son suficientes
como para quedarme en silencio
... creyendo que me amas.
Antofagasta, Marzo de 1988